Indert ignora a antiguo poblador y entrega tierras a joven de 24 años
Marcos Ávalos, poblador histórico de Carmelo Peralta, gestionó y pagó en 1991 por 60 hectáreas fiscales del Indert en la zona del futuro puente del Corredor Bioceánico. Pese a los comprobantes de pago y décadas de reclamos, nunca obtuvo la titulación y fue desalojado en 1997 sin explicación.
Su hija, Fátima Penayo, relató que desde entonces su padre inició un largo peregrinar para recuperar el inmueble, cayendo incluso en manos de gestores y estafadores. En 2012 el expediente aún tenía registros, pero desde entonces desaparecieron los movimientos. En 2024, tras insistir en audiencias con el actual presidente del Indert, Francisco Ruiz Díaz, nunca recibieron respuesta.
La sorpresa llegó cuando se enteraron por la prensa que el terreno fue adjudicado en agosto de 2024 a Marlene Oviedo Rodríguez, una joven de 24 años sin vínculo con la zona. Penayo denunció que el predio permaneció vacío desde el desalojo de su padre y que recién tras las publicaciones periodísticas comenzaron a introducir ganado en el lugar.
El caso expone las irregularidades en la administración del Indert y revive las críticas por adjudicaciones cuestionadas en áreas estratégicas del Corredor Bioceánico, donde antiguos pobladores son desplazados mientras se benefician terceros sin arraigo ni historial en la comunidad.
